viernes, 6 de febrero de 2009

La crisis de la escasez

Cuenta una anécdota de un pastor que estaba por preparar un sermón pero no se le venían ideas a la cabeza, mientras trataba de concentrarse, su hijo de 6 años estaba muy inquieto y no le permitía trabajar, así que pensando en como entretenerlo, encontró en una revista un mapamundi y lo recorto en pedacitos, después le pidió a su hijo que armara de nuevo el rompecabezas del mundo y cuando terminara, jugarían.
Pensando que eso le llevaría mucho tiempo al niño, el pastor se disponía a trabajar, cuando a los 10 minutos llegó el niño con el rompecabezas resuelto.
Sorprendido e intrigado, el pastor le preguntó a su hijo como había sido posible que lo resolviera tan rápido, a lo que el niño contestó:
Descubrí que detrás de la imagen del mapamundi estaba la cara de un hombre, así que pensé que si armaba la cara del hombre y el hombre estaba bien, entonces el mundo estaría bien.
El pastor sorprendido por la inteligencia de su hijo, dio con el tema para su sermón:
Si el hombre está bien, su mundo está bien.
En estos días, se habla mucho de la crisis que atraviesa el mundo.
Una crisis económica que está trayendo como consecuencias, desempleo, devaluaciones, alzas en las tasas de interés, preocupaciones, miedo…
Pero, permítanme hacer algunas reflexiones con ustedes.

¿Es acaso la crisis un problema de dinero?
Se habla de que los gobiernos de los distintos países, invierten y compran por miles de millones de dólares, la riqueza de algunos hombres y de algunas empresas se cuenta al igual por miles de millones de dólares.

¿Es la crisis un problema de escasez de dinero?
El dinero no se ha extinguido, no se desvanecido, no se ha desaparecido.

¿Dónde está el dinero entonces?
El problema actual, no es un problema de escasez de dinero, el dinero está ahí, en algún lado, con algunas personas, en algunas instituciones, en algunos países…
El problema actual, es un problema de egoísmo, de avaricia, de falta de amor por el prójimo.

La crisis que vivimos, es una crisis de valores.

La soledad en que vive mucha gente, no es un problema de falta de personas.
Personas hay muchas y cada vez somos mas. El problema real es la falta de entendimiento, el egoísmo, el falso orgullo. La soledad se elige no se impone.
Las parejas se divorcian, las familias se desintegran, pero no es un problema de falta de amor. Las personas queremos amar y ser amadas. Sin embargo, somos tan egoístas, tan orgullosos, que preferimos el dolor y la soledad a la comprensión y el entendimiento.

La crisis ambiental que atravesamos, no es un problema por la falta de aire o de agua o de tierra… es un problema ocasionado por la falta de amor por nuestra tierra, por nuestra falta de cuidado, por nuestro egoísmo, por nuestra falta de precaución, de cuidado.

La gente no tiene que comer o muere de hambre, pero no es por falta de comida. Nosotros mismos desperdiciamos comida a diario o en ocasiones comemos un poco de mas. Las tiendas de autoservicio e inclusive los productores de alimentos, tiran comida a diario. El hambre en el mundo no es un problema de alimentos, es un problema de falta de conciencia, de avaricia, de egoísmo, de falta de amor.
Si queremos cambiar nuestra realidad, si queremos ayudar a acabar con esta crisis, debemos empezar por nosotros mismos. Si el hombre está bien, su mundo está bien.
Comencemos hoy a observar nuestra realidad.
¿Qué es lo que tenemos?
¿Crisis económica? ¿Ambiental? ¿Sentimental?
Recordemos que cualquiera que sea la aparente crisis que vivimos, no es la realidad.
La realidad es que vivimos en un mundo basto, con abundancia de recursos y de oportunidades.
Las crisis que vivimos, sólo nos recuerdan en que fallamos como individuos.
¿Podemos ayudar a que otra persona coma hoy?
¿Podemos ayudar a que otra persona tenga trabajo hoy?
¿Podemos hacer que otra persona no se sienta sola hoy?
Todo está en nuestras manos. Solamente en la medida en que trascendamos nuestro egoísmo, nuestra falta de fe, nuestra poca capacidad de dar y amar, podremos superar esta y todas las crisis que atravesemos en nuestra vida.
Si el hombre está bien, su mundo está bien.

Las crisis nos fortalecen cuando las pasamos con amor. Las crisis que vivimos con miedo generalmente las contamos con dolor, nos acordamos con dolor, y si no aprendemos nada de ellas, no avanzamos y tendemos a repetirlas en el futuro.

“No hay dificultad que no pueda ser conquistada
con suficiente amor...
No hay mal que no se pueda curar con suficiente amor.
Ninguna puerta que no se abra con suficiente amor.
Ningún golfo que no pueda ser atravesado con suficiente amor.
No hay muro que suficiente amor no pueda derribar, ni pecado que suficiente amor no pueda redimir.
No hay diferencia en cuán profundamente asentada pueda estar la dificultad,
qué tan desesperada sea la perspectiva
o cuán embrollada parezca la confusión.
Tampoco importa cuán grande sea el error.
Una suficiente realización de amor lo disolverá todo.
Y si pudieras amar lo suficiente, serías la persona más feliz y más poderosa del mundo.”

- Emmet Fox

martes, 3 de febrero de 2009

Estar preparado...

En muchas ocasiones he escuchado la frase: "No estoy preparado", pareciera la excusa perfecta para evadir las situaciones más difíciles o escabrosas de la vida.
No estoy preparado (a) para ser padre/madre.
No estoy preparado (a) para ser jefe(a).
No estoy preparado (a) para separarme.
No estoy preparado (a) para dejarlo (a).
No estoy preparado (a) para cambiarme de residencia.
No estoy preparado (a) para una relación.

Etcétera.

En diversas ocasiones la vida nos pone frente a desafíos, nos impone, nos alienta, nos avienta al cambio.
En la gran mayoría de las ocasiones lo hace sin preguntar, ni avisar.

Entonces, ¿Cómo pretendemos estar preparados?

En realidad, si tuvieramos que prepararnos para todo y se nos diera la oportunidad de ello, muy pocas veces avanzariamos y seguiriamos en el mismo estado inicial, durante la mayor parte de nuestra vida.

Afortunadamente, no estabamos preparados para los grandes adelantos tecnológico, económicos, ambientales y espirituales... y de cualquier forma se dieron.

Al universo no le preocupa si estamos preparados o no.
Simplemente hace lo que tiene que hacer.

La próxima vez que sientas que estas ante una situación para la cual no te sientes preparado, no des excusas.
De cualquier manera, el universo se encargará de hacerte cambiar.
Estés preparado o no.

Sólo debemos estar preparados para una cosa:
Lo impredecible de la vida y sus cambios.
Asi es.