domingo, 26 de abril de 2009

Sobre la lealltad...y la traición.

“La lealtad es el camino más corto entre dos corazones”
José Ortega y Gasset.

En los últimos años y sobretodo en los últimos meses, me he preguntado con insistencia que es lo que hemos hecho mal durante las últimas dos décadas, como para tener esta crisis de relaciones personales, afectivas.

No es nuevo, ni un hecho que se esconda, que los matrimonios, las familias, los noviazgos están en crisis. El amor en su mayor expresión, no alcanza para tener relaciones saludables ni para hacer felices a las personas. Enamoramientos de un rato que derivan en sus consecuentes decepciones, no hacen ni grandes pasiones ni mueven al mundo a mejorarse a si mismo.

Las generaciones de jovenes actuales, han crecido con una realidad muy clara, son hijos de madres solteras, de padres divorciados, padres juntos que solo se soportan, han sido criados en guarderias, por los abuelos, por familiares o en la calle.

Paradójicamente, estos mismos padres, sintiendose culpables por no haberles dado la "familia" y la estabilidad que deseaban haberles dado, les exigen una lealtad hacia su "familia" y hacia sus creencias y valores que rayan en lo ridiculo.

¿Cómo puede una madre soltera o divorciada, exigir a su hija que se case y forme una familia?

¿Cómo pueden los abuelos, habiendo fracasado con sus propios hijos, exigir a los nietos los resultados de una educación que no supieron dar y que si la dieron fue un fracaso?

Estamos al revés volteados.

La familia no ha hecho mas que destruir la ilusión familiar.

No es raro ver que los jovenes cada vez quieren saber menos de la familia y en consecuencia, se vuelven mas egoístas, se centran mas en su soledad inherente y con el tiempo, no pueden establecer relaciones personales sanas y maduras.

Hay algunos otros que al contrario, victimas de un buen lavado de cerebro, quieren estar toda la vida bajo el ala protectora de mama, papa, abuelo, tios, etc... en ese caso que tampoco es mejor, seguirán siendo remoras y conformándose con las sobras que les dejen o bien, negándose a vivir una vida que les espera fuera del seno familiar, pero que no quieren aceptar pues el nido es demasiado confortable, seguro y comodo. Si llegan a casarse o establecer relaciones, siempre serán prescindibles, pues el hogar los espera con los brazos abiertos para cuando la "relación" no funcione. Es decir, se espera que las relaciones no funcionen. "Si quieres cásate, ya volverás con la cola entre las patas"es con frecuencia, la maldición final de la madre a la hija o al hijo que decide hacer "su vida".

En cualquiera de los dos casos, la soledad es inherente y su consecuencia son relaciones desastrosas.

Es en este punto, donde quiero hablar sobre lealtad.

En la historia trágica de Romeo y Julieta, dos amantes se ven separados por las peleas entre sus familias. Sin embargo, el amor entre ambos es tan fuerte y puro, que deciden, aun en contra de la lógica, moral o buenas costumbres, estar juntos.

Deciden casarse con la ayuda de un sacerdote y huir.

Después de ciertas confusiones chuscas que derivan en una tragedia épica, ambos mueren, deciden morir antes que vivir sin el otro.

¿A quien fueron leales Romeo y Julieta?

Fueron leales a su amor, pues lo defendieron a costa de todo.

Fueron leales a si mismos, pues confiaron en que lo que sentían era verdadero y valía la pena luchar por ello.

Fueron leales a Dios, pues dentro del problema, recurrieron a él para unirse, sabiendo que a los ojos de Dios el amor es supremo.

Fueron leales como pareja, pues antes que vivir separados prefirieron la muerte.

¿A quien traicionaron Romeo y Julieta?

A sus respectivas familias.

Valga este pequeño análisis de esta historia emblemática de Shakespeare, para ilustrar lo que pasa en nuestros días.

Hemos dejado de ser leales, con nuestro amor, con nuestros ideales, con nuestras vidas y con quien nos ofrece amor. Hemos dejado de ser leales con Dios pues en lugar de recordar que Dios es amor, pensamos en él, como la fuente del castigo, el inventor de los pecados, la causa de los "males".

Nos hemos traicionado.

No importa cuan leales seamos a nuestros padres, hermanos, familia en general. Aunque ellos estén ahi por siempre, nada podrá borrar la deslealtad hacia nosotros mismos.

Algo está al revés en estos tiempos. Por algo no están funcionando las cosas.

Creo que es cuestión de lealtad y recordar la historia de Romeo y Julieta nos alerta sobre la pasión que falta en la lucha por nuestros ideales y la demasiada importancia que le estamos dando a la opinion que los demás tienen sobre nuestras vidas.

Ser leal es un valor que se aprende sobre todo cuando se atraviesan situaciones difíciles que son como prueba de la verdadera amistad y del honor de los que nos deben lealtad. Es la ley escrita en el corazón, que manda que el amor sea para siempre. Se es leal cuando evitamos que nuestras decisiones y nuestros actos dañen a aquel a quien debemos lealtad. La deslealtad es traición.

Asi es.

domingo, 19 de abril de 2009

¿De verdad era el tiempo el problema?

Hace apenas 20 años, el internet no existía en los hogares, los celulares eran un articulo que solo James Bond mostraba en las peliculas, el horno de microondas ni siquiera era articulo de lujo y la musica se acostumbraba escuchar en cassetes en los walkman. Hacer agua de sabor significaba ir por el Perk a la tienda y teniamos que echarle azucar o de plano licuar la fruta o exprimirla. Mi mamá me obligaba al exilio durante todas las vacaciones del año, semana santa, verano, diciembre me las pasaba en Poza Rica con mi abuela, lejos de mis amigos y eventualmente de alguna novia en turno. Eran dias y semanas eternas. La unica forma en que podia comunicarme con ellas, era en los telefonos de monedas de Telmex. Cada dos o tres dias, cada noche si era posible, con mis monedas en la mano, iba al telefono mas cercano y hablaba por telefono. Eran llamadas cortas pero intensas...En ocasiones, con papel y pluma en mano, escribia cartas largas, donde platicaba como si la tuviera enfrente y al regreso se las entregaba.

El amor era cosa de mucho tiempo... el cortejo solia durar semanas enteras, meses... el noviazgo era pausado... las salidas por la tarde, la ausencia por la noche... no tener celular, ni internet, hacia que los momentos en que no nos veiamos fueran un continuo extrañar... las ganas de que fuera el dia siguiente eran mas intensas.

En los tiempos modernos, estamos acostumbrados, algunos mas que otros a lo rápido e instantaneo. La comida se calienta en segundos, el mole se compra preparado, los maices del pozole ya vienen cocidos, si estas lejos basta con marcarle al celular o mejor aun, mandarle un mensaje. Con el internet escribir cartas y que lleguen al destinatario es cuestion de segundos, el chat ha hecho que el contacto sea permanente.

Las personas se enamoran en una noche de discotheque y se casan a apenas unos meses de conocerse. Se divorcian al año o un poco después.

Las chicas se embarazan jovenes y comienzan su vida sexual aun mas jovenes. Comenzamos a trabajar antes, terminamos la universidad antes y somos desempleados antes.

Las telenovelas apenas duran unos meses, porque la gente se aburre mas rápido. Los artistas son famosos rapido y son olvidados rapidamente.

La música en MP3 nos permite adelantar o atrasar las canciones sin tener que esperar a que se bobine la cinta o tener que mover la aguja en el disco.

Las computadoras y los celulares son obsoletos en menos de medio año y las carreteras nos permiten movernos mas rápido.

Al parecer por fin le hemos ganado la batalla al tiempo.

Por fin, podemos hacer muchas cosas en muy poco tiempo.

¿Pero que hacemos con el tiempo que nos sobra?

¿Porqué si todo es mas rápido, estamos mas estresados y mas enfermos y vivimos con mas miedo?

¿De verdad era el tiempo el problema?

Al parecer no. En la batalla contra el tiempo, ganamos... pero perdimos.

La ley de la semilla, nos dice que si sembramos semillas de frijol hoy, mañana obtendremos semillas de frijol mojadas y con tierra. Para que las semillas germinen en una planta se necesita tiempo.

Y para que las plantas den frijoles, se necesita mas tiempo aun.

En estos dias de palomitas de 2 minutos y matrimonios de un año, vale la pena recordar el valor del tiempo.

Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.

Aunque segun Einstein el tiempo es relativo, los frijoles salen cuando tienen que salir y todo, todo, TODO cae a su debido tiempo...
Asi es.

domingo, 12 de abril de 2009

Atraemos lo que tememos.

En medio de un campo de concentración, durante la segunda guerra mundial, el Dr. Viktor Frankl llegaría a una de las conclusiones mas importantes del siglo pasado para la psicología y para el humanismo: Si el ser humano encuentra sentido a su vida puede soportar cualquier cosa, inclusive un campo de concentración.

Dando una demostración física y real con su propia vida, cuando se vio libre, se dedico a ayudar a las demás personas a sanarse a través de encontrarle sentido a su vida. La logoterapia había comenzado a existir. Considerado como una de las tres corrientes mas importantes de la psicología, junto con la psicoterapia y el gestaltismo, la logoterapia llegó para quedarse.

Pero además de la logoterapia, en su libro: El hombre en busca de sentido, el Dr. Frankl, casi al final afirma algo por demás interesante: Atraes lo que temes.

A la luz de la ciencia mental moderna, podemos afirmar que hacemos que suceda en lo que enfocamos nuestra atención. Atraemos lo que pensamos con insistencia y emoción.

El Dr. Frankl, con una simplicidad sorprendente y con la credibilidad que le da el haberse despertado a diario con la idea de la muerte en aquel campo de concentración, nos dice algo similar: Atraes lo que temes.

¿Se han dado cuenta que después de tener miedo comienzan a suceder cosas malas y nefastas en su vida?

Aquella ocasión en que tenian mucho miedo de que el profesor les preguntara y entre mas sudaban y temían, innevitablemente la pregunta era dirigida a ustedes.

El aprendiz que se pone nervioso frente al volante y entre mas teme, mas ocasiones se le apaga el motor en medio del tráfico o choca o no encuentra estacionamiento.

¿Cuántas veces nos privamos de un placer por miedo a lo que pasará, y comprobamos lamentablemente que lo que temiamos termina por suceder aun cuando ni siquiera disfrutamos del placer anhelado?

Me lo temía, es una frase que con frecuencia escuchamos de muchas personas a diario.

Piensa mal y acertarás es una verdad aceptada por muchos construida en base al miedo y a la intuición de que atraemos lo que tememos.

Tener una mente sana y optimista cuesta mucho trabajo en estos días. En un a época de hipocresía, de envidias, de egoísmo, de falta de honestidad y sinceridad, mantener la mente positiva y sin temor, es casi una tarea imposible.

Sin embargo, si queremos sobrevivir y sobresalir, no tenemos mas opción.

El Dr. Frankl, asi lo descubrió y asi lo hizo. Sobrevivió al campo de concentración y sobresalió para ayudar a sanar a la humanidad.

Comprendió que si se levantaba a diario con temor a la muerte y enfocandose en lo negativo, no saldría con vida de aquel campo de concentración. Así que se enfoco en pensar en su vida después de salir del campo y en todo lo que haría. ¿Díficil? Si. ¿Imposible? No.

A diario nos encontramos con desafios que en su generalidad no se pueden comparar con estar dentro de un campo de concentración. Ni siquiera una enfermedad mortal podría ser comparable con la experiencia de estar en un campo de concentración. Es en la vida diaria, cuando ejemplos de vida como el del Dr. Frankl cobran mayor importancia.

Vivir la vida con temor y peor aun, vivir una vida sin un sentido definido, nos puede llevar en el menor de los casos a la locura.En el peor, a la muerte.

Vivir una vida con dignidad y exitosa es posible si nos enfocamos en lo que queremos y amamos. Si nos enfocamos en lo positivo y no en lo negativo.

Tenemos solo dos opciones: Amar o temer. Atrevernos o resignarnos. Pensar positivo o negativo. Vivir o morir.

La indecisión no es opción.La indecisión no es vida.

Si somos inteligentes. Tomaremos la opción del Dr. Frankl. Daremos sentido a nuestra vida y nos desharemos del temor.

O innevitablemente, atraeremos lo que tememos y nuestras pesadillas se harán realidad.

Asi es.

domingo, 5 de abril de 2009

El amor, la unica respuesta.

Los seres humanos tenemos dos impulsos, dos razones que nos mueven, el amor y el miedo.

A menudo hacemos toda clase de cosas, inclusive (en la mayoria de los casos) tonterias por amor o por miedo.

Por amor se han hecho la mas grandes obras de la humanidad, se han perdido y ganado reinos, se han creado mundos, se han escrito obras, se han desarrollado melodias...

Por miedo, se han cometido los peores crimenes, se han echado a perder vidas, relaciones valiosas. Por miedo, lo que podria ser mejor, aun no lo es.

Tenemos miedo a muchas cosas, miedo a la soledad, miedo al ridiculo, miedo al desprecio, miedo a no ser amados, miedo a ser amados, miedo a la libertad, miedo a ser felices, miedo a conocernos, miedo a no tener mas remedio que estar con uno mismo, miedo a la verdad, miedo a la mentira, miedo al que dirán, miedo a nuestros padres, miedo a Dios, miedo al demonio...

Cuando tenemos miedo, no pensamos con claridad, solo reaccionamos.

Cuando tenemos miedo, la razón no funciona, la imaginacion se exalta, las pasiones se desbocan y casi siempre echamos las cosas a perder.

Es dificil vivir sin miedo...

El antídoto contra el miedo es la fé. Y para tener fé, hay que tener confianza en algo superior a nosotros.

La práctica del amor incondicional nos provee de la fe necesaria en momentos de miedo, saber, que no importa lo que pase, podemos amar, es una cuestión de absoluta relevancia.

Ante el ridiculo: Amor. Ante la ofensa: Amor. Ante la crueldad: Amor. Ante el miedo: Amor.

El amor es la respuesta para todos los males, de los cuales el mayor es el miedo.

Hace 2000 años, el maestro Jesús, vino a enseñarnos esta importante lección. La lección del amor contra el miedo.

En estas fechas, celebramos esa gran lección.

Jesús también tuvo miedo. Pero su amor fue mas grande.

Perdono y afronto su destino con amor. Y con ese amor, nos enseño la lección de la libertad. Por ello decimos, que el amor libera.

En estos tiempos, pensar en el maestro Jesús, me llena de inspiración y aunque se, que para poder siquiera imitarlo me falta mucho pero mucho por aprender y recorrer, me queda su gran lección para que cuando siento miedo, como hoy, responda de la única manera posible: Dando amor.

Asi es.