sábado, 27 de agosto de 2011

Tenemos el país que merecemos

Lo sucedido en los últimos días en Monterrey me ha conmocionado. Como a muchos mexicanos me preocupó lo sucedido que ya es considerado un acto de terrorismo. Esos actos son lamentables sin duda.
Pero me preocupa más lo que sucede mas allá del terrorismo, es decir, en nuestras vidas cotidianas.
No puedo dejar de pensar que lo que nos sucede es lo que nos merecemos. Lo que nos merecemos como país, como sociedad, como personas.
Un día cualquiera salgo a la calle conduciendo mi automóvil. Me encuentro en una esquina una persona que invade el carril de vuelta continua y por el semáforo, no permite el paso a las demás personas. Frustración. Dos o tres personas le suenan el claxon en tono de reclamo, la persona se enfada y se hace la ofendida, pero sin duda ella tuvo la culpa. El semaforo permite el paso de los coches, pero justo al ponerse el color verde, salen corriendo 3 personas para cruzar la calle, enfrenones, mas sonidos de claxon de reclamo. Un chofer les avienta el carro, se mete a la fuerza delante del coche que va frente a él y les mienta la madre a todos.
Gente manejando coches ilegales, sin placas, sin verificación, sin tenencia.
Una señora estaciona su camioneta a media calle frente a la panadería, no le importa que haya coches detrás intentando pasar, se baja una persona y va a comprar el pan, pasa un minuto, 5 minutos. La camioneta no se mueve a pesar de los reclamos de los conductores que desean pasar. Al final, regresa la persona que se bajó a comprar el pan y con toda calma se sube al coche. La "señora" arranca su camioneta y les mienta la madre a todos los conductores que "esperaron" hasta que dejara de bloquear la calle.
Frustración.
En una fiesta, escucho a personas que platican acerca del ambiente en los bares, donde juegan al poker y apuestan. Se sienten orgullosos de las trampas, las transas que realizan, el dinero mal habido. Otros mas platican de su última visita al table dance... las viejas estaban bien buenas.
Jovenes, estudiantes, recién egresados, profesionistas publican en el facebook sus aventuras de alcohol, sus crudas y lo ansiosos que están por que sea el fin de semana para poder irse de borrachera nuevamente.
Unas señoras en la fila de las tortillas, platican que su vecino "el que vende droga" se fue por un tiempo porque lo andaba buscando la policía. "Pobre muchacho, es buena gente" - dicen.
Algunas autoridades están mas preocupadas por la foto, por el evento, por el show. Parecen olvidar que el servicio público busca fundamentalmente el bien común. Olvidan que el trabajo del funcionario público no es el mismo que el de un artista que busca ser famoso.
Un grupo de personas protestan porque la policía atrapó a sus hijos robando y los metieron a la carcel. Somos pobres dicen. Como si la pobreza fuera una licencia y autorización para delinquir. ¿En qué momento los pobres descubrieron que su única opción de supervivencia es la delincuencia?
Mientras los bomberos y las unidades de rescate sacaban los cuerpos de las ruinas del casino incendiado, la prensa reporta que los demás casinos de la ciudad se encuentran operando, en su máxima capacidad de personas y TODAS apostando, emborrachándose, divirtiéndose. Calderón decreta un luto nacional por la tragedia. La sociedad lo critica. La misma sociedad que la noche anterior no dejó de apostar, de emborracharse, de divertirse en el antro, en el bar, en la cantina, en sus casas, en la disco. El luto "nacional" se vuelve entonces sólo luto de unos cuantos.
A la noche siguiente, la vida siguió su curso. Como si se tratara sólo de plañideras contratadas, el llanto, la preocupación, los gritos de la noche anterior se olvidan y todos vuelven a su rutina diaria, trabajo, sexo, alcohol, telenovelas, películas, etc...
Es México.
Algunas figuras públicas se rasgan las vestiduras.
Que termine la guerra "sin sentido" reclaman.
Entonces me imagino que se refieren a que quieren que el gobierno tome nuevamente la filosofía de Adam Smith y la aplique con los narcotraficantes: Dejar hacer, dejar pasar. Total, eso funcionó por mas de media década comentan algunos.
A la mayoría se les olvida que con Zedillo y con Fox, también había secuestros y asesinatos que iban en aumento. El "mochaorejas", la "mataviejitas" son sólo dos personajes célebres del pre-calderonismo. La cuestión es que la cosa si iba de mal en peor. Desafortunadamente, un grave defecto del mexicano es su memoria de corto plazo. Quizá sea el exceso de alcohol en la sangre y la cantidad consecuente de neuronas muertas, pero pareciera que nuestra memoria sólo alcanza para los 3 años inmediatos anteriores. Por eso, ahora, Calderón es el culpable de todo. Como en su momento fue Fox, Zedillo, Salinas, López Portillo...
Y entonces, me vuelvo a estremecer cuando caigo en la cuenta nuevamente de que "tenemos el país que merecemos".
¿Qué podemos esperar de una sociedad educada bajo el concepto de "nosotros los pobres, ustedes los ricos"?
¿Qué podemos esperar de una sociedad educada bajo el precepto de "sufre en la tierra para que goces en el cielo"?
¿Qué podemos esperar de una sociedad en la que los representantes de su máxima autoridad moral (para la mayoría) son acusados de pederastia, de tener relaciones sexuales con sus feligreses en lo oscuro, de pasar por su "cuota" que es llamado diezmo?
Una señora sabe que su esposo ha cometido delitos. Dentro y fuera del hogar el tipo es un salvaje delincuente. Pero no lo denuncia. No lo denuncia porque lo ama. No lo denuncia porque no quiere dejar a sus hijos sin padre.

¿Qué podemos esperar de una sociedad que basa el núcleo familiar bajo premisas como ésta?

Unas "ladies" no permiten ser infraccionadas por un policía. Resulta que el policía es naco, moreno y feo. Resulta que las "ladies" son de "lana". El video se hace público y consterna a la sociedad. La mayoría de los medios defienden al policía que sólo hacía su trabajo y satanizan a las "ladies". En la realidad cotidiana, resulta que hay una infinidad de policías corruptos en las calles. No es raro que en el exacto día de quincena, el periférico tenga tantos agentes y patrullas como nunca en los demás días. Si, la mayoría de los policías se han ganado a pulso el desprecio de la sociedad. Hacen tratos con el narco pero infraccionan a quienes no tienen verificación vehicular. Por eso, el mexicano cree que tiene permiso de realizar delitos menores.
En la realidad cotidiana, existen infinidad de familias que aún tienen servicio doméstico a quienes tratan condescendientemente porque son pobres, indigenas, "nacas". Pueden pagarles lo que se les dé la gana, pero las tratan "bien", les dan de comer. Como si se tratara de una mascota que han rescatado. Hay un México que se siente extranjero, de otro nivel y clase social. Las "ladies" de Polanco viven dentro de nuestro "inconsciente" colectivo.
Todos tenemos un "naco" y una "ladie" dentro. Bailamos banda, cantamos narcocorridos y a la vez, compramos iPhones, manejamos camionetotas y coches deportivos y tenemos el sueño común de visitar Disneylandia.
Se me retuerce el estómago y mi pequeño demonio interior me repite:
Los mexicanos tienen el país que se merecen.
Me gusta creer que aún tenemos esperanza, como individuos, como sociedad, como nación.
La única salida posible es cambiar nuestro marco mental, comenzar a tener amor, compasión y solidaridad por el prójimo. Comenzar a rescatar los valores de honestidad, honradez, respeto y responsabilidad que aún tenían nuestros abuelos y bisabuelos.
Creo que el automóvil es un simbolo arquetípico en nuestra vida. El automóvil refleja nuestra personalidad, nuestro "status", y la manera en que conducimos el auto es la manera en que conducimos nuestra vida "coincidentemente".
Tengo la esperanza de que cada día que me despierte de hoy en adelante, veré que la gente conduce con mas cuidado, cede el paso al peatón y a los demás automovilistas. Transita a baja velocidad en las zonas habitacionales. Verifica sus automoviles. Legaliza sus autos. Respeta las vialidades, no se estaciona en doble fila, ni obstruye el paso de los demás automovilistas. Tengo la esperanza de que cuando observe eso en las calles, será una indicación de que México también está cambiando.
Entonces, el país que merecemos, será distinto. Será mejor.
Asi es.