sábado, 24 de julio de 2010

Como las moscas...

A las moscas les gusta la miel, de ahí el conocido dicho que dice que "los atrae como moscas a la miel", sin embargo, a las moscas también les gusta la porquería, puede tratarse desde caca hasta carne en descomposición.

Por lo regular, las moscas nos hacen sentir un cierto grado de aversión, de asco.
Saber que sus patas pudieron haber estado posadas segundos antes en un trozo de excremento y ahora en nuestra piel o en nuestros alimentos, nos hace rechazarlas de inmediato.

Para los seres humanos, es ciertamente incomprensible que existan animales como las moscas, que gusten de la porquería.

Al igual que los animales carroñeros, las moscas se encargan de sacar provecho de la descomposición de deshechos orgánicos.

Con esta poco agradable (para nosotros) tarea, ayudan a mantener en funcionamiento el ciclo de la vida, a acelerar el proceso de descomposición, a la polinización, a la cadena alimenticia, etc.

Así es, por increible que parezca, el que la mosca elija pararse y saborear la mierda, es de utilidad para mantener el ciclo de la vida.
Lo curioso es que disfrutan por igual de los alimentos dulces, frescos y jugosos como la miel o las frutas que de la caca o las visceras en descomposición.

Saborean lo mejor de ambos mundos.

Una mosca común puede llegar a tener una vida de 15 o 20 días hasta 4 meses, dependiendo el tipo de mosca. Hay cerca de 70 mil especies de moscas en el planeta.

El famoso libro "El Señor de las Moscas", ilustra como el miedo, puede llegar a controlar y hacer cambiar la actitud de las personas, hasta conseguir sacar de ellas sus instintos mas primitivos. Unos niños naufragan y en su lucha por la supervivencia matan un jabalí para comerselo, clavan la cabeza del animal en una estaca y se la dan como ofrenda al "monstruo" de la isla. La cabeza acaba por mosquearse y es así que surge "el señor de las moscas".

Cuando uno analiza los aspectos técnicos y científicos que hacen que la mosca se comporte como tal, comprendemos que no puede ser de otra forma. Las moscas son moscas y esa es su labor natural. Su contribución a la naturaleza.

Recuerdo a un conferencista que escuché en un congreso en Aguascalientes. Comenzaba su intervención narrando al auditorio:
"Imaginen que son invitados a una taquiza, se encuentran frente a una mesa larga donde hay varias cazuelas con guisados. Hay una cazuela con rajas con queso, otra con frijoles, otra con nopales, otra con chorizo con papa, otra con tinga, otra con chicharrón en salsa verde, etc., los mas sabrosos guisados que se puedan imaginar, y en la orilla de la mesa, en la última cazuela, nos encontramos con caca. Una cazuela rellena hasta el tope de caca. Si, mierda. Entonces, observamos como los asistentes, ignorando los deliciosos platillos, se acercan con su plato y en sus tortillas, se preparan tacos de... caca."

Si, la imagen es muy gráfica y escatológica.

Acto seguido, preguntaba a la concurrencia: "¿Porqué la gente elegiría comer caca en lugar de exquisitos guisados?"

Todos nos quedamos callados, sin encontrar una respuesta.

Si fueramos moscas, podriamos responder a la pregunta y comprender este tipo de actuación. Como seres humanos, no encontramos razones válidas para tal comportamiento.

Y sin embargo, hay personas que son como las moscas. Cuando mi mamá me veía sufriendo por algo que yo mismo había elegido, me decía: "...pero te gusta la mierda".
Una forma muy grosera para decirme que me gustaba estar sufriendo.
A lo largo de nuestra vida, las personas hacemos elecciones muy poco elegantes, muy poco decentes y muy poco correctas. Es parte de la naturaleza humana cometer este tipo de errores, inclusive es necesario para aprender. Pero cuando, aún después de haber experimentado las consecuencias de nuestros errores, nos aferramos y volvemos a repetirlos y a repetirlos y a repetirlos... quizá sea que ya nos gustó la caca.

Elegir a las personas incorrectas y seguir aferrados a ellas, elegir los pensamientos incorrectos, elegir la música que nos deprime, elegir los programas de televisión que nos estresan y mortifican, elegir las peliculas violentas o agresivas, elegir continuar con quien nos humilla o agrede, elegir la infelicidad,elegir, elegir, elegir... siempre será cuestión de elección.

Las personas que son como las moscas y gustan de la porquería, al igual que los dípteros, propagan la porquería. No puedes mezclarte con la caca, sin llevarte algo de caca entre las patas y llenar todo lo que tocas... de caca.

Por eso, es importante darnos cuenta de nuestras elecciones. Hacer elecciones elegantes no sólo contribuye a nuestro bienestar personal, sino también al de la humanidad entera.

Aun cuando en este momento seamos como las moscas y nos guste la porquería, podemos elegir probar la miel y como somos seres humanos, optar por buscar nuestra salud y felicidad.

No estamos condenados a ser como las moscas y existen mas opciones que la porquería.

A muy pocos se nos enseña que merecemos ser felices, amados y respetados. Que el pasado ya no existe y que lo único posible es construir nuestro futuro disfrutando nuestro presente. Elegir nuestro bien es la única solución al comportamiento de mosca.

Elegir la miel.

Asi es.

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