domingo, 24 de julio de 2011

Sobre "El Optimismo" y otras cosas peores.

El 17 de julio de este año, el periódico "El País" publica un "reportaje" de Ramón Muñoz titulado "Optimistas a la fuerza, pase lo que pase" (http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Optimistas/fuerza/pase/pase/elpepisoc/20110717elpepisoc_1/Tes), dónde realiza una crítica al pensamiento positivo que según asegura está de "moda" en Estados Unidos.
Este periodista muestra sus limitaciones profesionales al realizar su "investigación" solamente en unos cuantos libros, basándose principalmente en Sonríe o muere (Editorial Turner, 2011) de la escritora estadounidense Barbara Ehrenreich, sin ofrecer mayor argumento propio que lo dicho por la citada escritora.
La primera pregunta que me viene a la cabeza es: ¿Qué tan dañada debe estar una persona para criticar que la gente piense positivo o se le anime a pensar de esa forma?
Según el reportero cita: "Esta seudoideología casi infantil es suscrita al alimón por economistas, políticos, psicólogos, médicos y estrellas de la televisión. Según la misma, las víctimas de la crisis no solo tienen que sufrir en silencio su desgracia sino que casi se ven obligadas a estar contentas".
Lo demás que escribe sólo redunda sobre esta misma idea, así que dedicaré este "post" a aclarar estos puntos.

1.- El pensamiento positivo no es una "pseudoideología" como el "reportero" le llama torpemente, entre sus principales impulsores se encuentran personalidades de la talla de Aristóteles, Ralph Waldo Emmerson, Napoleón Hil, Dale Carnegie, Wayne Dyer, Louis Hay, Deepak Chopra, la Madre Teresa de Calcuta, Mahatma Gandhi, el Dalai Lama y el astronauta Edgar Mitchel (solo por nombrar algunos). Ignorar a estas personalidades, su legado y su ideología es sólo una muestra más de la ignorancia del autor de tal reportaje.

2.- El hecho de que tantas personas famosas y no famosas, "suscriban al alimón" esta ideología, es el fruto de años y años de estudio y difusión de los principios con que opera la mente y sus efectos en el mundo físico. El hecho de que cada vez se sumen mas personas al movimiento del Pensamiento Positivo no lo hace malo solo por eso. El reportero se intenta poner en "rebeldía" contra la ideología del pensamiento positivo sin darse cuenta que al hacerlo sólo se ratifica como uno más del montón. Desafortunadamente, aún son mayoría las personas que piensan negativamente en todo el mundo. Es una lástima que se tome un espacio de difusión pública para criticar a quienes desean pensar correctamente.

3.- Para quienes nos dedicamos seriamente al estudio, al impulso y a la motivación del pensamiento positivo es una mentira que aconsejemos "el sufrir en silencio las desgracias o las obliguemos a estar contentas". Una parte importante en el proceso de sanación es aceptar el dolor, reconocer nuestros problemas, llorar, desahogarse, abrazar nuestra tristeza, reconocer nuestras noches oscuras del alma o como el autor les llama "crisis".
Sería absurdo pedirle a una persona que recien se enteró de que está enferma de cáncer que se ponga a reir por ello (cómo dice absurdamente el reportero). Igual de absurdo es pedirle que se ponga a reir por cualquier otra desgracia menor o mayor.
El hecho de que las personas nos esforcemos por pensar positivo no quiere decir que seamos inmunes al sufrimiento o dolor ajeno, mucho menos al propio.
Cuando sintonizo las noticias, no me pongo a reir con lo que escucho en ellas. Es lamentable lo que pasa en mi país y en el mundo en general.
La diferencia está en que no me hundo en la negatividad, la tristeza y la depresión.
En el momento en que soy testigo o actor de una desgracia, trato de recordar con todas mis fuerzas la "verdad espiritual" sobre esa situación, reflexionar sobre que puedo hacer al respecto y pensar positivo acerca de ello.
Pensar positivo en este contexto es creer en Dios. Reconocer que hay una presencia que es inteligencia, poder, sabiduría y amor puro que puede y va a actuar sobre esa situación en específico. Pensa positivo es tener fé en que todo mejorará y hacer lo posible por que mejore.

4.- El pensamiento positivo es acción. Quienes pensamos positivo no solamente "pensamos" también hacemos. Si me quiero ganar la lotería debo comprar el billete respectivo. Las palabras sin acciones están muertas.

5.- Nadie está obligado a estar contento. Aún quienes nos dedicamos al estudio y la práctica del pensamiento positivo tenemos nuestros dias malos como cualquier ser humano. Tenemos días de tristeza, de llanto, de enojo, de ira y de apatía. Sabemos que para ver la luz a veces es necesario atravesar la oscuridad. Hacemos lo necesario por comprender nuestras emociones, por conocerlas, por controlarlas. No hay magia ni brujería en esto. Hay mucho esfuerzo, mucho aprendizaje y mucho tiempo invertido.Aún así, habrá días en que estemos muy enojados o muy tristes. Somos seres humanos al fin y al cabo. La diferencia estriba en que con las herramientas que tenemos para pensar positivo estas "crisis" no son tan prolongadas y gracias al optimismo podemos obtener mejores resultados de ellas.

6.- Mas adelante cita a la responsable de psicooncología de un Hospital que dice:"Ninguna investigación ha podido demostrar que la actitud o las emociones influyan en la progresión del cáncer. Es un mito".
Quizá se refiera únicamente a las "investigaciones" que esta persona ha realizado, porque hay cientos de libros con cientos de casos documentados donde se demuestra como los pensamientos y las emociones influyen en la salud de los seres vivos.
Pero eso sucede cuando se habla por hablar, sin leer, sin mayor educación y sin pruebas.
En todo caso, no podemos dar por cierto lo que dice una sola persona por mas responsable de hospital que sea. Si el reportero desea hacer un trabajo mas profesional debería tomar una muestra (con validez científica) de responsables de hospital y preguntarles a todos.
Quienes nos dedicamos a la difusión y enseñanza del pensamiento positivo conocemos al menos 1 caso de curación "milagrosa" gracias a los efectos del pensamiento positivo. En mi caso, conozco a dos personas cercanas, amigos, que han superado el cáncer terminal cuando los médicos los habían desahuciado.
Desafortunadamente, cada caso es tan especial e individual, como únicas somos todas las personas. Pretender que la misma fórmula, oración o tratamiento fuera igual de efectiva para cada una es una empresa difícil de realizar. Tendrá mucho que ver con cada persona y la forma en que afronte la situación. Como todo, habrá personas que puedan sanarse, algunas de inmediato, algunas con mas trabajo y habrá quienes no puedan superar su desafío. Incluso hay personas que siendo totalmente buenas y enfocadas en el pensamiento positivo no pueden superar las enfermedades terminales. Pero esos son designios de Dios y nuestro realidad humana quizá nunca comprenda porque pasan ciertas cosas a ciertas personas. En casos como éstos, tenemos dos opciones: Pensar positivo o pensar negativo. Y cada quien elige. Las investigaciones si demuestran que quien tiene un desafio o crisis y piensa negativo, sólo empeora las cosas.

7.- El reportero toma como una muestra de cinismo, el hecho de que los políticos de su país le pidan a la población que piensen positivo. Ciertamente no tengo ningún argumento o intención de defender a los políticos ni de ese país (España) ni de ningún otro. Pero si me dan a elegir entre un político que impulsa el pensamiento positivo y otro que sólo se dedica a denostar, críticar y pelear, prefiero al primero.

Los seres humanos como animales que somos tenemos una tendencia natural hacia la sobrevivencia. Este instinto ha puesto en primer lugar al miedo, la huída y la pelea como mecanismos de defensa. Estas tres respuestas nos han permitido sobrevivir por sobre las demás especies. No podemos eliminar ni al miedo, ni al escape, ni la pelea de nuestros sistemas de vida. Son necesarios y cumplen con su función adecuadamente. El proceso de adaptación del ser humano lo ha obligado ha discernir, analizar y reflexionar su manera de actuar. Los peligros de hoy no son los mismos que tenían los hombres de las cavernas, por lo tanto, no podemos temer, huir o pelear contra los mismos enemigos. Las emociones que nos permiten defendernos de los peligros como el miedo y la ira nos exigen ser controladas pues una vida vivida con miedo y enojo no es sana. Por ello es importante pensar adecuadamente, dar la dimensión a cada cosa y elegir los pensamientos, sentimientos y emociones adecuados.
Además pensar positivo es tener fe.

Pensar positivo no es resignarse, conformarse o lavarse el cerebro metiendo ilusiones o locuras con el propósito de que la realidad no duela tanto.
El dolor es innevitable.
La elección está en la aceptación del sufrimiento.
Pensar positivo es, después de aceptar el dolor, de vivirlo, de sentirlo, de abrazarlo, elegir no seguir sufriendo por él.
El sufrimiento es opcional.

Finalmente, pensar positivo es creer en un Dios bueno.

Y si tengo que elegir entre creer en un Dios bueno y un dios malo.
Prefiero creer en un Dios bueno.
Eso me conforta, me alimenta, me da una razón para vivir y me permite tener fe en que todo puede ser y será mucho mejor.

Así es.

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