domingo, 12 de abril de 2009

Atraemos lo que tememos.

En medio de un campo de concentración, durante la segunda guerra mundial, el Dr. Viktor Frankl llegaría a una de las conclusiones mas importantes del siglo pasado para la psicología y para el humanismo: Si el ser humano encuentra sentido a su vida puede soportar cualquier cosa, inclusive un campo de concentración.

Dando una demostración física y real con su propia vida, cuando se vio libre, se dedico a ayudar a las demás personas a sanarse a través de encontrarle sentido a su vida. La logoterapia había comenzado a existir. Considerado como una de las tres corrientes mas importantes de la psicología, junto con la psicoterapia y el gestaltismo, la logoterapia llegó para quedarse.

Pero además de la logoterapia, en su libro: El hombre en busca de sentido, el Dr. Frankl, casi al final afirma algo por demás interesante: Atraes lo que temes.

A la luz de la ciencia mental moderna, podemos afirmar que hacemos que suceda en lo que enfocamos nuestra atención. Atraemos lo que pensamos con insistencia y emoción.

El Dr. Frankl, con una simplicidad sorprendente y con la credibilidad que le da el haberse despertado a diario con la idea de la muerte en aquel campo de concentración, nos dice algo similar: Atraes lo que temes.

¿Se han dado cuenta que después de tener miedo comienzan a suceder cosas malas y nefastas en su vida?

Aquella ocasión en que tenian mucho miedo de que el profesor les preguntara y entre mas sudaban y temían, innevitablemente la pregunta era dirigida a ustedes.

El aprendiz que se pone nervioso frente al volante y entre mas teme, mas ocasiones se le apaga el motor en medio del tráfico o choca o no encuentra estacionamiento.

¿Cuántas veces nos privamos de un placer por miedo a lo que pasará, y comprobamos lamentablemente que lo que temiamos termina por suceder aun cuando ni siquiera disfrutamos del placer anhelado?

Me lo temía, es una frase que con frecuencia escuchamos de muchas personas a diario.

Piensa mal y acertarás es una verdad aceptada por muchos construida en base al miedo y a la intuición de que atraemos lo que tememos.

Tener una mente sana y optimista cuesta mucho trabajo en estos días. En un a época de hipocresía, de envidias, de egoísmo, de falta de honestidad y sinceridad, mantener la mente positiva y sin temor, es casi una tarea imposible.

Sin embargo, si queremos sobrevivir y sobresalir, no tenemos mas opción.

El Dr. Frankl, asi lo descubrió y asi lo hizo. Sobrevivió al campo de concentración y sobresalió para ayudar a sanar a la humanidad.

Comprendió que si se levantaba a diario con temor a la muerte y enfocandose en lo negativo, no saldría con vida de aquel campo de concentración. Así que se enfoco en pensar en su vida después de salir del campo y en todo lo que haría. ¿Díficil? Si. ¿Imposible? No.

A diario nos encontramos con desafios que en su generalidad no se pueden comparar con estar dentro de un campo de concentración. Ni siquiera una enfermedad mortal podría ser comparable con la experiencia de estar en un campo de concentración. Es en la vida diaria, cuando ejemplos de vida como el del Dr. Frankl cobran mayor importancia.

Vivir la vida con temor y peor aun, vivir una vida sin un sentido definido, nos puede llevar en el menor de los casos a la locura.En el peor, a la muerte.

Vivir una vida con dignidad y exitosa es posible si nos enfocamos en lo que queremos y amamos. Si nos enfocamos en lo positivo y no en lo negativo.

Tenemos solo dos opciones: Amar o temer. Atrevernos o resignarnos. Pensar positivo o negativo. Vivir o morir.

La indecisión no es opción.La indecisión no es vida.

Si somos inteligentes. Tomaremos la opción del Dr. Frankl. Daremos sentido a nuestra vida y nos desharemos del temor.

O innevitablemente, atraeremos lo que tememos y nuestras pesadillas se harán realidad.

Asi es.

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