domingo, 15 de agosto de 2010

La libertad es soledad.

"¿Por qué será -Se preguntó perplejo Juan-
que no hay nada más difícil en el mundo
que convencer a un pájaro de que es libre,
y de que lo puede probar por si mismo
sí sólo se pasara un rato practicando?
¿Por qué será tan difícil?... "
Richard Bach




A los seres humanos les gusta la esclavitud, siempre están buscando ser esclavos de algo, piensan que desean la libertad pero en realidad le temen. Siempre terminan siendo esclavos de alguien o de algo, del trabajo, de la pareja, de la escuela, de los padres, de los hijos, de sus miedos, etc.

Cuando el ser humano se da cuenta que puede ir a donde el quiere, que puede amar a quien se le dé la gana, que puede pensar y sentir libremente...que nada lo ata, solo sus propios pensamientos y sentimientos, en ese momento es LIBRE y es algo mágico, porque todo lo pesado que siente, esa melancolía dentro del corazón, ese apego a las personas y a las cosas, desaparecen.

La gente le teme a ese sentimiento de libertad, porque la libertad es soledad, y le asusta conocerse a si mismo y no tener que depender de nadie, ni de la familia, ni del trabajo, ni de la pareja, ni de Dios.

El ser humano crea su realidad a partir de lo que le rodea, no de si mismo y en la libertad solo tenemos eso, a nosotros mismos.

Por esa razón, cuando algunas personas crean su realidad aparte, sin depender de reglas o normas sociales, sin depender de las demás personas para ser felices o ubicar su lugar en este mundo, les llaman locos.

Sin embargo, aunque seria difícil poder contradecir los términos médicos, una persona libre, también puede ser un poco o mucho loca.
Imagine que una persona “normal” le dice, que no necesita tener pareja en la vida, que sola se las arregla bien, que no necesita del amor o aprobación de los demás. La primera reacción sería pensar que está mintiendo, que eso no es posible, sin embargo, si esa persona se empeñara en esa idea, algunos comenzarían a pensar que está “loca”.

La libertad es soledad, y es preciso darse cuenta que la naturaleza del hombre es libre.

Por lo tanto, el ser humano también es “solo”, es un individuo único e irrepetible, que en la mayoría de los casos se empeña en confundirse entre la muchedumbre, en mimetizarse con sus semejantes.

Si la naturaleza del hombre es “libre” y su estado natural es la soledad, ¿Porqué el hombre le teme a la soledad?

De nuevo estamos ante una confusión entre materia y energía.

En el plano material, el ser humano “necesita” la compañía de otros seres humanos, porque la materia se hace fuerte con mas materia. La “masa” o acumulación de materia en grandes cantidades es la fortaleza material. La soledad en este sentido puramente material, se podría interpretar como debilidad, vulnerabilidad.

Y al ser humano, no le gusta sentirse vulnerable ni mostrar debilidad, porque eso lo asocia con el sufrimiento.

Sin embargo, en el plano espiritual, en el nivel de la energía, el alma nunca está sola, ya que forma parte de ese campo unificado que ya habíamos explorado anteriormente.
Dios es una cadena de energía, una cadena de almas.

En este nivel, el ser humano (su alma) nunca estará solo y es preciso que lo descubra para no evitar la soledad física y entregarse a la libertad espiritual.

La energía solo puede ser libre, ya que es imposible atarla, encadenarla o poseerla.

Ya que la esencia de la humanidad es su energía, su alma, su pensamiento, entonces la naturaleza del ser humano es la libertad.

Y en la mayoría de las ocasiones el ser humano se esclaviza a la materia. Se esclaviza al alimento, se esclaviza a los placeres carnales, se esclaviza al dinero, al trabajo y a las demás personas, porque sólo así se siente seguro. Pero un hombre que no puede renunciar a sus esclavitudes materiales, no puede vivir su libertad y por lo tanto, no puede conocer ni comprender a Dios.

Un hombre que no ha renunciado a sus esclavitudes materiales, no puede amar espiritualmente, solo materialmente.

Es en el estado de libertad, donde el ser humano, pone fin a todos sus sufrimientos, a todas sus dudas, porque sus emociones y sentimientos ya no dependen de la materia y por lo tanto, no hay nada en el universo que lo pueda hacer infeliz.

Es en el estado de libertad, donde se encuentran las posibilidades creadoras del ser humano.

Es en el estado de libertad donde el ser humano puede ser uno con la humanidad entera y por lo tanto, puede ser Dios.

Cuando el ser humano encuentra la muerte, es la liberación final, forzada y justa para todos los seres.

Es el momento en que su alma se desprende de la materia y se vuelve energía pura.

Se cierra el ciclo energía-materia-energía.

Cuando la energía es liberada de la materia su único destino es Dios, el reino de los cielos, el campo unificado, el todo.

No hay cielo, ni infierno, solo el conjunto de toda la energía del universo.

Sin embargo, es preciso saber que no se necesita esperar la muerte para poder ser libre.

Asi es.

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