domingo, 9 de agosto de 2009

Uy! ...el mostro!

Cuando somos niños es mas evidente. Recuerdo como cuando jugaba al "mostro" con mi primo Beto, después de correr apenas unos metros, me paraba y muerto de risa y miedo, mi primo me alcanzaba para hacerme cosquillas. Si yo hubiera sido un venado o cualquier otra presa y mi primo en realidad hubiera sido un "mostro" sin duda me hubiera aniquilado.

La parálisis es una de las formas mas primitivas en que respondemos ante el peligro. Lo usan desde las moscas, de ahí proviene el término "mosca muerta"; los roedores como la zarigüeya y por supuesto, los humanos.

Una forma quizá un poco más sofisticada de la paralisis, sería el clásico "Tu hazte wey, mientras que pasa todo". Hacerse "el muertito" es de verdad un recurso utilisimo frente a los depredadores. Para ningún "mostro" es divertido, entretenido, ni siquiera útil, atacar a quien no se defiende. Lo sabiamos de niños (aunque lo aplicaramos torpemente) y lo sabemos actualmente, lo mejor de todo, es que está en nuestros genes.

Sin embargo, la parálisis no es la primer respuesta ante el peligro. La respuesta por antonomasia es: "La huida".

El primer impulso que tenemos al sentirnos en peligro es huir. Ya sea corriendo, escondiéndonos, tomando un avión, encerrándonos o como sea posible, huir es el recurso más útil de todos. Cuando nos paralizamos, siempre estamos expuestos a la muerte. Nunca falta el depredador gandalla que no se conforma con vernos muertos y se asegura rematándonos. Si no lo crees, recuerda con que placer aplastas a la mosca que se hace la muerta.

La huida, nos asegura que estaremos fuera del alcance de la muerte o lo que sea que el peligro signifique para nosotros.

Huir de forma elegante, es casi imposible. La mayoria de las veces lo haremos de forma burda y chusca. En un mundo lleno de orgullo y soberbia, huir se considera un acto de cobardía. Si lo analizamos bien, huir es el acto de sobrevivencia por excelencia. También tenemos el famoso refrán que dice: "Mas vale decir aqui corrió que aqui murió".

Por último, tenemos nuestro tercer recurso. No es ni con mucho el más inteligente, ni tampoco el más socorrido. Aunque hay algunos que son realmente aficionados a utilizarlo, no es el mas recomendable.

Estamos hablando de la defensa, el ataque. Ante un peligro, tenemos esta opción, atacarlo, defendernos. Creo que sobra decir que es mayor la cantidad de presas muertas que de las que sobreviven cuando deciden atacar o defenderse.

Si tomamos en cuenta nuestro ego y la cultura popular, defenderse es el acto mas gallardo y que llena mas de orgullo, pero no siempre es la opción mas inteligente.

En Publicidad y propaganda tenemos una máxima: El que ataca pierde.

El que ataca es el segundo, es el debil.

El rey, el lider, nunca tendrá necesidad de defenderse.

Y si aun su orgullo no les permite creerme, recuerden a Lopez Obrador, a Labastida, a Pepsi cuando reto a Coca y tantos otros casos celebres.

El que ataca pierde.

Defenderme es algo padre, pero solo cuando tengo la certeza de que el rival es mas debil que yo.

Asi que te invito a reflexionar para cuantas personas TU eres el mostro.

Si te huyen, se esconden, se paralizan en tu presencia o pelean contigo. Eres un mostro.

Asi que, no me importa que me digan cobarde, prefiero huir del peligro o a veces quedarme quieto.

Por lo pronto, no soy tan tonto como para ponerme con Sansón a las patadas.

Asi es.

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