domingo, 8 de noviembre de 2009

Domingos de hueva.

No recuerdo con exactitud a que me dedicaba los fines de semana durante mi niñez. Recuerdo que veia a Chabelo los domingos, todos, sin falta. Recuerdo que la mayor novedad era ver a mi madre acostada por la mañana en su recamara. Debido a que era trabajadora de Pemex, solo los fines de semana podía verla de esa manera. Recuerdo su aliento por la mañana y el olor de las cremas y su maquillaje. Pero no recuerdo que hacía el resto del sabado o del domingo.
Al cumplir 12 años, ingresé al movimiento scout y fue así que cada 8 dias, sin falta durante los siguientes 9 años me reunía con mis "hermanos" scouts. Ya sea en reuniones ordinarias o en campamentos y excursiones, esos 9 años viví los mejores sábados y domingos de mi vida. Así celebraba navidades, dias de muertos, primaveras, veranos y todo tipo de festejos. Innolvidables las caminatas por todos los cerros de la región y los campamentos siempre que se podía. El escultismo (nombre oficial del movimiento scout) me llenó de ejercicio, salud, camaradería y contacto con la naturaleza.
Con el ingreso a la universidad, me fui alejando paulatinamente de los scouts y entró otra pasión a mi vida: La radio. Viernes por la noche, sábados y domingos hasta la medianoche me la pasé frente al micrófono. Del aire libre pasé a la cabina de radio. Fue así que la música y el micrófono llenaron mis fines de semana. Esos dorados años de aprendizaje y descubrimiento profesional fueron sin duda valiosisimos en mi desarrollo. Después, a partir de 1997 los fines de semana se volvieron... ociosos. Viajando de casa en casa, despertando tarde, viendo la televisión, no recuerdo nada significativo. Hace poco mas de un año, dedico los sábados al estudio de Ciencia de la Mente y los domingos siguen siendo una suerte de dias pérdidos. Entre la cama y la cocina, el domingo se me pasa fluctuante. Ahora que reflexiono en ello, me parece que estoy perdiendo el tiempo. Y es que, aunque la leyenda narre que Dios descansó el séptimo día, no dejo de sentirme improductivo.
Siempre me he sentido orgulloso de ser altamente productivo y estar lleno de ocupaciones. Me gusta cuando la gente se sorprende de todo lo que hago y como es que encuentro tiempo para ello. Pero debo confesar que ultimamente los domingos no hago gran cosa... excepto escribir este blog.
El domingo pasado lei medio libro (aproximadamente 200 páginas). Este domingo...mmm... vi dos peliculas y media, una en inglés sin traducción para ejercitarme... eso es lo mas productivo que he hecho.
Cuando los lunes me preguntan que hice el fin de semana, mis ojos se quedan fijos y mi boca se queda muda... que fea sensación es saber que has vivido al menos 12 horas y no tienes nada que decir al respecto.
Prometo buscar una actividad productiva a partir del próximo domingo. El ocio nunca me ha caido bien.
Y es que...me imagino que dentro de unos años, lamentaré gravemente haber pasado estos domingos de hueva y ocio.
Imagino que algún día añoraré la energía que hoy poseo.
Imagino que en algún momento necesitaré tiempo y me arrepentiré de haberlo perdido en estos domingos.
Sé que siempre hay que dedicarse tiempo a uno mismo. No estoy en contra de ello. Pero quizá 6 horas basten. Después de todo, no me hago manicure, pedicure ni ninguna de esas cosas a las que las mujeres llaman dedicarse tiempo a uno mismo.
Por otro lado, quiza sea buena idea dedicar el domingo a cultivar el espiritu. Algunas personas van a misa, pero eso ya no es para mi.
Habrá que pensar en algo...
Asi es.

No hay comentarios: