domingo, 17 de enero de 2010

¿Quién hizo temblar Haiti?

El desastre ocurrido en Haiti me ha conmocionado.
Sé que seguramente no soy el único, pero por alguna extraña razón, muchos prefieren guardar silencio.
Observar las imagenes y escuchar los comentarios de quienes están viviendo la tragedia, lo pone a pensar a uno en muchas cosas.
Por principio de cuentas, la gran mayoría se pregunta porque pasan este tipo de cosas. Y no es que sabiendo la respuesta se alivie el sufrimiento, pero cada quien quisiera tener un poco mas de certeza sobre su vida y su futuro. La eterna pregunta sobre si somos humanos que nos hacemos a nosotros mismos o unas simples marionetas sujetas al arbitrio de un siniestro y a veces divertido titiritero se cierne sobre los pensamientos de la gente.
Me inclino por pensar que soy un ser humano con libre albedrio. Al tener libre albedrio yo decido mi vida, sus condiciones y mi futuro.
Mi primer coche fue un renault 5 "zapatito". Aquel carro me encantaba. En aquel momento, tener un auto significaba independencia, libertad, madurez, la entrada a las grandes ligas. Mi conexión emocional con ese coche era muy fuerte. Tan fuerte, que si salia enojado, el carro me respondia descomponiendose. Si estaba triste, el carro respondía con fallas. Baste decir que aprendí mecánica gracias a todo lo que aquel carro fallo y se descompuso. No hubo un tornillo que no le fallara. Cuando salia en alguna trayectoria mas o menos larga, tenia que armarme de mi mejor ánimo y mi pensamiento mas positivo. Pareciera que el coche respondía a mi estado de ánimo y pensamientos. Algo similar nos sucede, cuando tenemos urgencia por terminar o entregar un trabajo y entre mas desesperados estamos, la computadora falla más, inclusive sé de personas a las que la computadora les queda inservible. Hay ocasiones en que estamos de prisa o enojados y la licuadora explota, la plancha quemas más, la televisión se funde... tal pareciera que los objetos responden a nuestro estado de ánimo y pensamientos.
¿Será posible que el estado de ánimo y pensamientos colectivos puedan hacer reaccionar a la naturaleza?
¿Podemos hacer llover?
¿Podemos hacer nevar?
¿Podemos hacer que la tierra tiemble?
Si somos seres humanos que libremente elegimos nuestra vida, nuestras emociones y nuestros pensamientos y al mismo tiempo, nuestro creador nos ha dado el poder (a su imagen y semejanza) de co-crear y de manifestar en nuestra vida las condiciones y realidades que elegimos mentalmente...
¿Podrían los haitianos ser los artífices de su propia desgracia?
El pueblo de Haiti lleva al menos 16 años de caos, guerra civil, tragedias, violencia y pobreza ininterrumpida. Es al menos "sospechosista" que el temblor y la tragedia se ensañen con el país mas pobre de occidente y que aun teniendo como vecinos a unos cuantos kilometros a Republica Dominicana, el caos se concentre en un país y no en el otro.
La teoría que propongo es que los haitianos en su pensamiento colectivo atrajeron hacia si mismos la tragedia. Así como uno mismo hace que la computadora no responda o que el coche no encienda... Mi madre dice: "No hay que dar de patadas al perro caído", pero al parecer para la ley de atracción que está desprovista de sentimentalismos, eso no importa. Si piensas negativamente atraes negatividad.
Y si lo hacemos colectivamente, podemos provocar verdaderas tragedias.
Lo podemos observar en los partidos de futbol, cuando la desesperación y la negatividad se apodera del grupo, caen en el desastre. Lo mismo pasa con pueblos, ciudades, naciones.
Dijo el maestro Jesús: "Donde dos o mas se reúnen a orar, ahí estoy yo". Creo que lo mismo aplica a lo contrario de reunirse a Orar. Es decir, reunirse con fines mezquinos, egoistas, con fines de criticar, chismear, quejarse. El mismo poder de la oración para atraer el bien, lo podemos usar en sentido inverso.
Por esta razón, es necesario que revisemos nuestra vida y nuestras relaciones. Debemos formar un circulo de amor, comprensión, apoyo y entendimiento en nuestro entorno. Debemos buscar que el pensamiento colectivo que construimos con nuestros seres cercanos atraiga el bien a nuestras vidas.
"Dime con quien andas y te diré quien eres", "el que con lobos anda a aullar se enseña" son dos frases que nos hablan del contagio que existe gracias al pensamiento colectivo. De ahí que sea de suma importancia, mantener relaciones personales sanas.
Nuestras relaciones familiares, de pareja, de amistad, de trabajo, todas deben fomentar y sacar de nosotros lo mejor de nosotros mismos. Finalmente tenemos el poder de elección y aun en el caso de nuestra propia familia, nada nos obliga a envenenarnos o soportar una persona nefasta, asi esta persona sea nuestra misma madre.Hay miles de historias que corroboran que son los mismos padres quienes en la mayoría de los casos hacen el mayor daño a las personas. Repletos están los consultorios de psicológos de gente "traumada" por sus padres.
El ejemplo de Haiti es un caso extremo y doloroso. La lección es profunda.
Pobreza atrae pobreza, caos genera caos, violencia genera violencia, muerte genera mas muerte. Atraemos lo que pensamos, somos lo que pensamos, atraemos lo que tememos.
Al final del Padre Nuestro, Jesús nos da la clave para parar la corriente de negatividad en que en ocasiones nos dejamos envolver por el entorno y el ambiente que nos rodea.
"No nos dejes caer en tentación y libéranos de la idea del mal." En esta frase, pedimos no caer en la tentación del pensamiento negativo. No se refiere a la tentación del pecado, ya que el pecado en el plano espiritual no existe. El único pecado es pensar negativamente y atraer desgracias a nuestra vida. Pensar negativamente es pensar y creer en la enfermedad, la pobreza, la maldad, la culpabilidad, el sufrimiento, el miedo. El mal es creado por nosotros mismos, cada quien es creador de sus propias pesadillas.
En la desgracia de Haití no hay ningún Dios castigador, malo o prepotente.
Sólo podemos observar como al utilizar nuestro poder de co-creación podemos también destruir en lugar de construir.
Esa es nuestra responsabilidad como herederos del reino de Dios.
La responsabilidad de ejercer nuestro poder de forma benéfica para nosotros mismos.
Hacer que la ley funcione a nuestro favor y no en nuestra contra.
El ejemplo de Haití nos debe inspirar para ser mejores personas, purificar nuestra mente y purificar nuestras relaciones.
Aunque según yo, los haitianos son creadores de su propia desgracia al atraerla con su misma negatividad, no por ello dejo de ayudarles, de orar por ellos y de solidarizarme.
Finalmente todos hemos pensado negativamente y nos ha ido como en feria, y sin embargo, siempre ha estado alguien para apoyarnos y ayudarnos a salir adelante. En estos días el mundo está reaccionando y respondiendo con amor a los haitianos. Como en la parábola del hijo pródigo, se les recibe con los brazos abiertos y se les da una nueva oportunidad. Espero realmente que el pueblo haitiano renazca en la fe y en esta reconstrucción de su pueblo, elijan el camino de la verdad, de la bondad, del amor y del pensamiento positivo.
La vida, tan generosa al fin, siempre nos da un tiempo para reivindicarnos.
Aprovechemos el ejemplo de Haiti, para pensar positivo, para expulsar a las personas dañinas de nuestra vida y para construir relaciones y pensamientos colectivos que nos ayuden a desarrollarnos, no a estancarnos y llevarnos al sufrimiento.
La elección es muy sencilla: Tomar responsabilidad de nuestra vida, de nuestros pensamientos y llevarla hacia el lado positivo.
Pensar en riqueza en lugar de pobreza, pensar en amor en lugar de odio, pensar en felicidad en lugar de tristeza, pensar en libertad en lugar de esclavitud, pensar en libertad en lugar de sumisión, pensar en valentía en lugar de cobardía...y apoyarnos de quien nos ayude a pensar correctamente. Nadie necesita cargar con personas negativas en su vida.

Es solo un pequeño cambio, para lograr milagros.

Asi es.

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